Complete Gospel Tract Titles

Gospel Tract List
1. How I Received the Holy Ghost
2. Jesus Is Coming Again
3. You Must Be Born Again
4. Stir Up the Gift of God
5. The World's Most Dreaded Hour
6. What is Salvation?
7. Stand Still in Jordan
8. The Returned Father
9. Grieved Hearts
10. The Second Death
11. The Father and the Son
12. Suffering and the Saints
13. Cancer Conquered
14. The Church?
15. How Shall They Preach, Except They Be Sent?
16. Have You Received the Holy Ghost Since You Believed?
17. Patience
18. Alone With God
19. Tithes and Offerings
20. Prayer
21. The True Sabbath
22. The Besetting Sin
23. Saving Strength
24. What Will the Harvest Be?
25. Marriage and Divorce
26. Taking the Name of the Lord
27. Keys to the Kingdom
28. Works
29. Politics and Believers
30. Unequally Yoked in Marriage
31. Unequally Yoked in Worship
32. The Forgiven Woman
33. The New Earth
34. The Sin of Silence
35. Freedom
36. Gods of the Gentiles
37. Why Some Are Not Healed
38. The Seven Pillars
39. Life, More Abundantly
40. Fear
41. The Comforter’s Testimony
42. This is My Friend
43. Conversion
44. The Time Is Drawing Near?
45. Songs in the Night
46. The Master's Net
47. Trials are Opportunities
48. Receiving the Messenger
49. Seven Messages to the Seven Pastors
50. Keep Yourself Pure
51. Jezreel
52. The New Birth
53. Denying Jesus
54. Bruised Reeds
56. The Wise and the Foolish
57. Holiness
58. Is Jesus God?
59. Christ or Christianity
60. Have Faith In God
63. Four Kinds of Soil
64. Communion
66. Baptism
69. Crucified With Christ
70. Homosexuality and the Bible
71. The Kingdom of God
72. The Gospel of Christ
77. Sanctification
78. New Commandments
79. The Sacrifice of Christ
81. Speaking in Tongues
87. Antichrist
88. The Way of Grace
90. Relationships
93. Subdued
94. The Spirit of Christ
95. The Blood of Christ
96. Spirit of a Serpent, Spirit of a Dove
97. Gluttony
En español
Bautismo
El Nuevo Nacimiento
¿Cristo o Cristianismo?
¿Que Es Salvación?
El Sacrificio de Cristo

Gospel Tract #

Bautismo

Por Sr. John David Clark

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Marcos 16:15-16

“El bautismo que corresponde a esto, ahora nos salva . . .”
1Pedro 3:21

¡De estas escrituras miramos, que la salvación será dada solamente a aquellos que hayan sido bautizados! Deja que ésta bíblica e inamovible verdad haga eco en los corredores de tu mente. ¿Es el bautismo en agua el bautismo que salva? ¿O es el bautismo del Espíritu santo? Tiene que ser uno de estos dos, porque los bautismos de Juan y de Jesús, son los únicos bautismos que Dios ha ordenado.

La *ekklessia primitiva practicó dos bautismos. Ellos practicaron el bautismo en agua de Juan el bautista, diciendoles a los que bautizaban con el bautismo de Juan, que esperaran recibir el bautismo de Jesús, el del Espíritu santo. Haciendo esto, ellos estaban siguiendo el patrón asentado por Juan, quien dijo a aquellos que él bautizaba, “Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu santo y fuego” (Lucas 3:16).

(*Ekklessia: En griego significa, Gente llamada fuera, asamblea o congregación.)

El Bautismo De Juan

El bautismo de Juan no era un simple bautismo en agua. El bautismo de Juan, siempre incluía una exhortación para la persona bautizada, de recibir el bautismo del Espíritu santo que Jesús daría. El mensaje de Juan y su bautismo eran dos partes del mismo acto. De cierto el mensaje acerca del Espíritu santo, era tanto una parte de su bautismo, cómo lo era el agua del río Jordán. Sin el mensaje de Juan, de uno mas poderoso que vendría con un bautismo más eficaz, bautismo en agua no sería bautismo. Doce hombres en Efesio, pensaban que habían recibido el bautismo de Juan, pero porque ellos no habían escuchado acerca del bautismo del Espíritu santo, Pablo estuvo en desacuerdo.

El les explicó a esos mal informados discípulos que “Juan ciertamente bautizó con el bautismo de arrepentimiento, DICIENDO . . .” (Hechos 19:4). Así nosotros con Pablo concluimos, que aunque habían sido bautizados con agua, ellos no habían recibido el bautismo de Juan; porque no se les había dicho, que esperaran el bautismo del Espíritu santo de Jesús. Aquellos doce discípulos de Efesio, habían sido enseñados por Apolos, un muy enseñado y temeroso hombre de Dios quien el mismo no sabía nada del Espíritu santo. Cuando dos amigos de Pablo, explicaron a Apolos “El camino de Dios mas perfectamente;” el mostró nobleza y una actitud piadosa, al humillarse el mismo a un “mas perfecto camino de vida en el Espíritu” (Hechos 18:24-28). Su primera preocupación, no era por su reputación como un gran maestro de las escrituras; de lo contrario, su primera preocupación era hacer la voluntad de Dios. ¡Qué admirable ejemplo es este Apolos para todos nosotros!

Otra verdad pasada por alto, acerca del bautismo de Juan es, que tenia que ser ganado. Juan no era una ramera espiritual, agarrando a cualquiera que quería unirse a su causa. Recibir su bautismo era un honor, no era algo que una persona podía recibir simplemente por decidir que lo quería. Uno tenía que arrepentirse del mal que había hecho tenía que confesar y volverse de sus malos caminos. Solo después de eso, Juan lo bautizaría. Cuando una alma sin arrepentirse insistía en venir a Juan para ser bautizada, el hombre de Dios era duro (Lucas 3:7-8). De igual manera cuando almas sinceras, preguntaban que tenían que hacer, para calificar para su bautismo,“El respondió y les dijo: El que tiene dos túnicas, de al que no tiene; y el que tiene que comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿que haremos? El les dijo: No exijáis mas de lo que está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿que haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario” (Lucas 3:7-14).

Así es que, había un precio que pagar si alguien tenía esperanza de ser bautizado por Juan; no un precio de dinero, pero un precio de humildad y de fe. Hacía mucho que Isaías había hablado de este acontecimiento invisible del corazón, cuando él proclamó “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” (Isaías 55:1). Las bendiciones del Señor son en verdad gratuitas: pero nadie las recibirá, si no paga su precio.

Otra verdad concerniente al bautismo de Juan, a menudo pasada por alto, es que su bautismo era únicamente, para la gente de Dios del pacto. Juan, al igual que Jesús (Mateo 15:24), fue enviado sólo a la gente de la casa de Israel. Juan explicó esto cuando miró a Jesús viniendo a él, en el río Jordán. Juan declaró “en orden para que él [él mesías] fuese manifestado a Israel, vine yo bautizando en agua” (Juan 1:31).

Estos pues son los tres elementos indispensables del bautismo de Juan: 1) Era para los (Judíos) circuncidados únicamente. 2) Era dado solamente a los Judíos que verdaderamente se arrepintieran. 3) Era dado con un mensaje de que Jesús vendría y les bautizaría con el Espíritu.

Si alguno de estos tres elementos está cambiado o perdido, el bautismo de Juan no está siendo administrado. En el día de Pentecostés, Pedro apeló a una multitud de Judíos devotos a “arrepentirse” (Hechos 2:38). Como Juan, Pedro rogaba con sus compañeros Judíos a arrepentirse y ser bautizados en agua; y luego a recibir el bautismo del Espíritu santo. Está era la doctrina que Dios dio a la asamblea primitiva. Dos bautismos fueron predicados y practicados, y hacerlo era correcto en aquel tiempo.

El Único Bautismo de Cristo

El evangelio de Pablo trajo a un fin, la practica de dos bautismos. Dios no mandó a Pablo a bautizar en agua (1Cor. 1:17). Y en lo que a salvación era concerniente, Pablo dijo: hay solo “un Señor, una fe, un bautismo” (Efesios 4:5). El único bautismo que Pablo predicó, fue el bautismo del Espíritu santo. Pablo, algunas veces bautizaba creyentes Judíos. Mas tarde, al menos en una ocasión, el se arrepintió de haberlo hecho (1Cor. 1:14-16). Porque ello había dado cabida, a que entre ellos se gloriaran concerniente a quien había sido bautizado por cual hombre de Dios, si por Pablo, o por Pedro o Apolos etc. ¡No, bautismo en agua no era el llamado de Pablo!

Para entender la razón porque Dios envío a Pablo a predicar únicamente el bautismo de Cristo, mientras Pedro continuo predicando los dos bautismos, el de Juan y el de Jesús: Uno tiene que notar que esos dos hombres de fe, fueron enviados a diferentes grupos de gente. Pablo explicó a los santos de Galicia que “el evangelio de la incircuncisión [Gentiles] me había sido encomendado a mi, como el de la circuncisión [Judíos] a Pedro” (Gal. 2:7). Bautismo en agua fue una parte del evangelio para los Judíos, pero no para los gentiles. En la casa de Cornelio en Hch. cap. 10, Dios probó a Pedro, y a sus atónitos compañeros Judíos; que El no requería que los gentiles fueran circuncidados y bautizados en agua, en orden para calificar para el bautismo del Espíritu. “Y los creyentes de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu santo” (Hechos 10:45).

¡Qué inconcebible evento! Gentiles, que el mismo Jesús llamó “perros” (Mt. 15:26). ¡Recibieron el Espíritu del Dios de Israel! Ni Pedro, ni los creyentes tenían una doctrina que pudiera adaptarse a una experiencia de tal magnitud. El hecho de que Pedro bautizó a estos gentiles en agua, después de que ellos fueron convertidos, no altera el factor de que recibieron el Espíritu santo de Dios, sin que antes se hicieran Judíos (por circuncisión) y bautizados en agua. Pedro y la asamblea, estaban sin una doctrina para explicar lo que Dios había hecho.

Pablo, era el hombre que fue ordenado; para enseñar la doctrina que explicaría la nueva obra de Dios. Esta nueva doctrina, no haría invalido el evangelio de Pedro a los Judíos; mas bien enseñaría que el evangelio de Pedro, era para los Judíos únicamente. Pablo enseñó: que Dios no requería que los gentiles observaran las ceremonias de la ley, y era erróneo para la asamblea que les exigieran de ellas. Los creyentes Judíos estaban obligados por su conciencia y por fe, a guardar toda la ley (Gal. 5:3). Pero de acuerdo a la revelación dada a Pablo, la ley no tiene poder en las vidas de los gentiles (Ro. 3:19).

Pablo no era entendido por muchos en la asamblea de su tiempo. Después de todo, todo hombre de Dios desde los tiempos de Moisés; incluyendo a Jesús mismo, era obediente a la ley. Jesús mismo refutó predicarle a los gentiles; (Mt. 15:21-28) y les prohibió a sus discípulos, de ir a ellos cuando él los mandó fuera a predicar (Mt. 10:5-6). Y ahora Pablo, el antes principal perseguidor de la gente de Dios, proclamaba haber recibido una comisión de Jesús; De ir a los gentiles con un nuevo evangelio, uno que excluía la necesidad de las obras ceremoniales de la ley, incluyendo el bautismo en agua. Era una doctrina radical, pero era de Dios. ¡Y la misma iba a prevalecer!

Qué Dios iba a tener un evangelio especial para los gentiles, diferente del evangelio de Pedro; Era una extraña noción para la asamblea primitiva, que muchos de ellos no lo podían creer.

Aún cuando Santiago, Pedro, y otros “pillares de la congregación” entendieron el mensaje de Pablo para los gentiles, y lo apoyaron, no tenemos indicación que la mayoría de los creyentes hicieron lo mismo. Décadas después, de que el Espíritu vino por primera vez sobre aquellos Judíos en el aposento alto, todo Judío que había creído en Cristo estaba todavía celoso de la ley (Hechos 21:20) y haciendo correctamente; porque si ellos hubieran refutado obedecer la ley, Dios los habría rechazado.

Así que en el celo por la ley de Dios, pero fallando en entender que la ley era solamente para los Judíos, algunos creyentes de Israel se convirtieron en misioneros. Enseñando a creyentes gentiles que a menos que fueran circuncidados de la manera que Moisés enseñó, ellos serían condenados en el juicio final (Hechos 15). Pablo furiosamente se les opuso.

La controversia encendida por el evangelio de Pablo para los gentiles, era el mas grande tema doctrinal en la asamblea primitiva. Pero Pablo se paró firme en contra de la dura oposición, refutando “no, ni por una hora” a comprometer el evangelio de libertad de las obras de la ley. Pablo enseñó, la desconocida doctrina de la circuncisión del corazón por el Espíritu, pues era la única circuncisión que contaba con Dios “Pues no es Judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es Judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no literal . . .” (Ro. 2:28-29). Nosotros podríamos decir lo mismo acerca de cualquier otra obra ceremonial de la ley. De el bautismo de Juan, nosotros podríamos decir que “el bautismo real no es algo físico y externo. El real bautismo es un asunto del corazón, uno espiritual, no uno físico.”

El evangelio de Pablo, glorificaba a Cristo mas alla de lo que la asamblea entendía, porque él declaró que: solamente lo que Cristo Jesús hace por el hombre le salvará. únicamente si Cristo bautiza a un hombre, Dios le considera bautizado; y únicamente si Cristo circuncida a un hombre, Dios le considera circuncidado (un Judío). La posición de Pablo era; si Jesús murió por nosotros para tenerlo, entonces es necesario que lo recibamos. Por eso mismo nosotros concluimos que si Jesús murió por un bautismo innecesario, entonces Jesús murió innecesariamente.

Solo Queda Un Evangelio

En el mensaje revolucionario de Pablo, de simple arrepentimiento hacia Dios son “algunas cosas” Pedro dijo, “las cuales son difíciles de entender.” Ahora, nosotros atestiguamos la distorsión del evangelio de Pablo; cuando ministros Cristianos enseñan que ser “hecho libre de las obras de la ley” significa que nosotros no necesitamos trabajar. Mi amigo, tenemos que hacer buenas obras si esperamos ser salvos de la ira venidera (Juan 5:28-29; Ro. 2:5-11; Heb. 5:9). Cristo nos ha libertado de la necesidad de obras ceremoniales, no de la necesidad de obedecer la voluntad de Dios.

El mensaje de Pablo de libertad de las obras de la ley; es quizás mas malentendido ahora, que cuando fue primero predicado. Muchos están bautizando en agua, y realizando otras obras ceremoniales; sin saber que todas esas obras, ¡fueron intencionadas únicamente para introducir Cristo a Israel! Las maneras de adoración simbólicas de Israel; incluyendo el bautismo de Juan, fueron necesitadas y santas obras en su tiempo. Ellas servían su divinamente ordenado proposito, para apuntar hacia el mesías. Pero Cristo ha venido ahora; y por su muerte y sacrificio hizo un “nuevo y vivo camino,” el camino de vida en el Espíritu. Si el bautismo que tu practicas es uno que aquellos sin el Espíritu pueden practicar, eso no tiene parte en el reino de Dios. Adorar a Dios, en una manera que era posible antes de que el Espíritu había sido dado, es adorar a Dios en vano. Solamente lo que Jesús sufrió y murió para hacer posible, es ahora aceptable con el todo poderoso.

Ya no hay más dos cuerpos que pertenecen a Dios: Israel y el cuerpo de Cristo. Ya no hay mas dos caminos de fe: la adoración de Israel en símbolos, y adoración en espíritu y en verdad. Ya no hay mas dos bautismos: el de Juan y el de Jesús. Pero “hay un cuerpo, y un Espíritu, así como han sido llamados en una esperanza de su llamamiento, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos” (Ef. 4:4-6). En otras palabras, no hay mas dos evangelios. El tiempo del evangelio de Pedro para los Judíos, ha pasado.

Ahora, mi amigo, ¿puedes tu contestar a la pregunta, con la cual empezamos? ¿Ya sabes cual bautismo necesitamos tener si tenemos esperanza de ser salvos? ¿Sabes a que bautismo, Pablo se estaba refiriendo; cuando él escribió, qué fuimos “Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él?” (Col. 2:12). La respuesta que tu des a esta pregunta, yo te aseguro, será de eterna consecuencia.